El niño de la camisa roja

Había una vez un niño llamado Juan que vivía en un pequeño pueblo. Era un niño amable y cariñoso, pero también era un poco presumido. Le gustaba vestirse con su camisa roja favorita, que siempre estaba limpia y planchada.

Un día, Juan estaba jugando en el parque con sus amigos cuando vio a un niño nuevo. El niño nuevo era pobre y tenía la ropa sucia y rasgada. Juan se sintió superior al niño nuevo y comenzó a burlarse de él.

El niño nuevo se sintió triste y humillado. Se alejó de Juan y se sentó solo en un banco. Juan se sintió mal por lo que había hecho, pero no sabía cómo disculparse.

Esa noche, Juan tuvo un sueño. En el sueño, conoció a un anciano sabio que le dijo: “Todos somos iguales, sin importar cómo nos veamos. No debemos juzgar a las personas por su apariencia.”

Juan se despertó del sueño con una nueva perspectiva. Se dio cuenta de que había sido egoísta y cruel.

Al día siguiente, Juan fue al parque y encontró al niño nuevo. Se acercó al niño y le dijo: “Lo siento por lo que te dije ayer. No debería haberte juzgado por tu apariencia. ¿Quieres ser mi amigo?”

El niño nuevo sonrió y dijo: “Claro que sí”.

Juan y el niño nuevo se hicieron amigos y jugaron juntos todos los días. Juan aprendió una valiosa lección: no debemos juzgar a las personas por su apariencia.

Juan y el niño nuevo siguieron siendo amigos durante muchos años. Se apoyaron mutuamente en los buenos y malos momentos. Juan nunca olvidó el sueño que tuvo, y siempre trató a los demás con respeto.