Cuenta la leyenda que había un hombre llamado Jacinto que vivía en la bajura y que se dedicaba a pastorear ganado ajeno. Un día mientras llevaba una vaca a su lugar como de costumbre, la tenía amarrada a su mano. La vaca se asustó de repente y comenzó a correr sin control, arrastrando a Jacinto por la soga. Lamentablemente la vaca se lanzó por una abertura natural formada por el mar al que llamaban el pozo de Jobos, arrastrando con ella a Jacinto y ambos perdieron la vida. Al otro día el dueño de la vaca buscaba por aquellos lugares a Jacinto, gritando ” Jacinto traeme la vaca” y el pozo lanzaba con furia agua produciendo un estruendoso sonido de indignación. Aún muchos visitantes le gritan al pozo cuyo nombre cambió al de El Pozo de Jacinto y todavía brota de el la furia y el enojo por una leyenda que se mantiene en la historia y cultura del pueblo de Isabela, Puerto Rico.